K'un Lo Receptivo, Tierra.
K´an El Abismo, Agua.
Simboliza el agua sumergida en la tierra. De la misma forma que la fuerza militar se sustenta en la masa del pueblo -invisible en tiempos de paz pero siempre usada como fuente de poder-. Los atributos de los trigramas son peligro arriba y obediencia abajo. Corresponde a la naturaleza de un ejército, que en su sustancia es peligroso y donde deben primar la disciplina y la obediencia. La línea que controla el hexagrama es el nueve fuerte en el segundo lugar. Repre senta no al conductor, sino a un general eficiente que mantiene la obediencia del ejército con su autoridad.
Muestra al hombre lo que la disciplina y la experiencia pueden lograr. Mediante la lucha franca y la búsqueda de líderes que estén a la altura de las circunstancias, se llega a buen término en cualquier situación.
Estamos sumergidos en estado de presión que nos hace tambalear, que no nos permite discernir nuestra actuación. Esta presión viene de afuera, y no encontramos los momentos para pensar, en paz sobre nuestro presente. Si hay uniones, éstas son forzadas por circunstancias especiales. Actuamos, por ahora, como si dos personas habitarán nuestro cuerpo. Con una férrea disciplina y una magnanimidad manifestada hacia los de abajo, lograremos encontrar en nosotros las armas para continuar la lucha. El líder capaz de manejar estos asuntos debe ser experimentado y justo. Si no fuéramos nosotros los más indicados, debemos confiar en otro que cumpla con esta función. Éxito al final.
Nos dirigimos hacia una etapa de lucha interna y externa. Nuestros planes o los de otros nos pondrán a prueba. Si respondemos con sumo orden y disciplina no fallaremos, y el líder que hay en nosotros aflorará con éxito, y triunfaremos.